terça-feira, 14 de abril de 2015

El escarabajo y el hombre

Sabrán que hay escarabajos - negros anaranjados - que se alimentan de animales muertos y de materias vegetales en descomposición, que pueden arrastrar el cadáver fresco de una rata, de un suelo duro a otro más blando, enterrarlo y esperar pacientemente que se convierta en carroña para luego darse un putrefacto banquete; sabrán que por estros escarabajos, de ocupación tan despreciable, es posible que la materia, en trance de extinción definitiva, retorne a la circulación vital del universo, torbellino confuso de sustancias húmedas, resbalosas, en donde se fragua nuestro ciclo que, desde el agua hasta el aire, busca dolorosamente el equilibrio eterno, aquí, sobre la tierra.

- Oswaldo Reynoso

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